A lo largo de mi experiencia, he tenido la fortuna de trabajar con muchos pequeños y sus familias, ayudándolos a comprender sus emociones, mejorar la convivencia y fortalecer los lazos afectivos desde el respeto y la empatía. Sé que cada niño es único, y que detrás de cada comportamiento hay una emoción que necesita ser escuchada; por eso, en mis sesiones, más que buscar “corregir”, busco entender, acompañar y transformar con amor.

Trabajo de la mano con padres, madres y cuidadores, brindándoles herramientas para criar desde la conexión y no desde el castigo, promoviendo una crianza positiva y con límites sanos. Mi propósito es que tanto los niños como los adultos puedan sentirse comprendidos, seguros y capaces de construir relaciones más armoniosas.

Si estás buscando un espacio donde tu hijo pueda aprender a manejar sus emociones, y tú puedas sentirte más tranquilo al acompañarlo, estaré feliz de acompañarte. En este proceso encontrarás a una profesional cercana, cálida y comprometida, que cree en el poder del amor, la comprensión y el juego para transformar realidades.